EL MÉTODO DE EVALUACIÓN DE LA AMENAZA
Internet se utiliza a nivel mundial y tiene múltiples funciones, el problema surge cuando Internet se convierte en un medio para el abuso y los objetivos de estas acciones y los jóvenes son más vulnerables, más expuestos, a menudo subestiman los riesgos asociados a las amenazas y el acoso.
Las víctimas generalmente no buscan ayuda en su ámbito personal o profesional, ya que tienden a minimizar el riesgo de las amenazas más graves que no presentan claramente ante ellos.
Los adolescentes pueden ser reacios a decirles a los adultos lo que está sucediendo en línea o a través de sus teléfonos móviles porque pueden están traumatizados emocionalmente, creen que es su culpa, o por el miedo a que los castiguen limitando su uso del teléfono o de Internet.
Los estudiantes y los jóvenes por lo general no entienden correctamente qué comportamiento es altamente perjudicial o qué es realmente creíble.
Las víctimas de estas conductas no suelen denunciar los hechos ante la policía o ante otros adultos porque ellos mismos han podido participar en la respuesta a la agresión, y se limitan a informar cuando saben que hay alguien en la escuela que no los criticará y será capaz de manejar la situación. Esta persona podría ser un orientador escolar o un compañero que esté en condiciones de conectar con la víctima y luego remitir los casos más graves a un adulto más cualificado.
Este es el motivo en este proyecto queremos no sólo aborda el estudio del fenómeno que hoy en día está bien conocido y estudiado en los EE.UU., Canadá y en Europa occidental, sino también queremos abordar el problema en otras partes de Europa (Mediterráneo y Europa del Este) y desarrollar, validar y difundir un método, una herramienta para que los jóvenes realcen su propia evaluación del riesgo y tomen medidas para protegerse a sí mismos y puedan ayudar a otras personas gestionar ese riesgo.
La evaluación de la amenaza en comparación con la evaluación del riesgo de reincidencia tiene en cuenta si una determinada amenaza es confiable o no, es decir, si es probable que un estudiante que ha planteado una amenaza de cometer un acto violento (amenazando con hacerle daño a alguien, publicar materiales privados) en realidad actúa como amenaza.
En la base de la evaluación del riesgo de las amenazas, existe el principio de que hay una serie de preguntas importantes que deben hacerse para determinar si hay un verdadero riesgo inherente a las amenazas. Es para evaluar la presencia o no de una serie de factores de riesgo que permiten evaluar la credibilidad de las amenazas (Reddy et al., 2001).
El enfoque de la evaluación de amenazas fue desarrollado y se utiliza principalmente para la evaluación de la violencia grave dirigida en el entorno escolar y el trabajo (es decir, tiroteos en los centros escolares, atentados con bomba en centros educativos). Con este proyecto queremos usar el método para evaluar la credibilidad de las amenazas en relación con el ciberacoso.
Las víctimas generalmente no buscan ayuda en su ámbito personal o profesional, ya que tienden a minimizar el riesgo de las amenazas más graves que no presentan claramente ante ellos.
Los adolescentes pueden ser reacios a decirles a los adultos lo que está sucediendo en línea o a través de sus teléfonos móviles porque pueden están traumatizados emocionalmente, creen que es su culpa, o por el miedo a que los castiguen limitando su uso del teléfono o de Internet.
Los estudiantes y los jóvenes por lo general no entienden correctamente qué comportamiento es altamente perjudicial o qué es realmente creíble.
Las víctimas de estas conductas no suelen denunciar los hechos ante la policía o ante otros adultos porque ellos mismos han podido participar en la respuesta a la agresión, y se limitan a informar cuando saben que hay alguien en la escuela que no los criticará y será capaz de manejar la situación. Esta persona podría ser un orientador escolar o un compañero que esté en condiciones de conectar con la víctima y luego remitir los casos más graves a un adulto más cualificado.
Este es el motivo en este proyecto queremos no sólo aborda el estudio del fenómeno que hoy en día está bien conocido y estudiado en los EE.UU., Canadá y en Europa occidental, sino también queremos abordar el problema en otras partes de Europa (Mediterráneo y Europa del Este) y desarrollar, validar y difundir un método, una herramienta para que los jóvenes realcen su propia evaluación del riesgo y tomen medidas para protegerse a sí mismos y puedan ayudar a otras personas gestionar ese riesgo.
La evaluación de la amenaza en comparación con la evaluación del riesgo de reincidencia tiene en cuenta si una determinada amenaza es confiable o no, es decir, si es probable que un estudiante que ha planteado una amenaza de cometer un acto violento (amenazando con hacerle daño a alguien, publicar materiales privados) en realidad actúa como amenaza.
En la base de la evaluación del riesgo de las amenazas, existe el principio de que hay una serie de preguntas importantes que deben hacerse para determinar si hay un verdadero riesgo inherente a las amenazas. Es para evaluar la presencia o no de una serie de factores de riesgo que permiten evaluar la credibilidad de las amenazas (Reddy et al., 2001).
El enfoque de la evaluación de amenazas fue desarrollado y se utiliza principalmente para la evaluación de la violencia grave dirigida en el entorno escolar y el trabajo (es decir, tiroteos en los centros escolares, atentados con bomba en centros educativos). Con este proyecto queremos usar el método para evaluar la credibilidad de las amenazas en relación con el ciberacoso.